Hay cosas que se van extinguiendo.
Estar viendo el final de temporada de mi serie favorita y que aparezca un intrusivo e incómodo spot televisivo anunciando cualquier cosa es una de aquellas cosas que, afortunadamente, se extinguieron. Todavía hoy quedan vestigios de ello, especialmente cuando aparecen Ads tipo pop-up que saltan en nuestras pantallas mientras navegamos por internet.
Pero así ya no funciona, así ya no se vende, así ya no se comparte (en su mayoría).
Ahora, toda iniciativa comercial que busque una audiencia fiel que siga sus pasos, sus productos y sus últimos lanzamientos, necesita más cosas que simples frases imperativas del tipo “compra esto”, “consume aquello”, “bebe aquí”, “come allá”.
Es aquí cuando hablamos de contenidos. El acto de generar información útil, valiosa, que sea de calidad para los espectadores. Para qué, entonces, su paso siguiente sea compartir esa información hasta llegar al momento de querer consumir aquello de lo que nos están hablando. La generación de contenido es la máxima actividad para cualquier iniciativa de venta. Es el rey de las estrategias para que marcas, proyectos y empresas logren afianzar su público, sus clientes.
A esta pregunta se responde con otra pregunta ¿A qué se debe todo este cambio? ¿Por qué ahora es más importante desarrollar contenido que invitar a comprar? La respuesta se pone todavía más profunda: estamos en una época donde el consumidor dejó de ser pasivo y ahora es un participante activo que elige lo que consume.
Ya no se busca la irrupción, sino el diálogo. Y para ello tenemos el marketing de contenidos. Una estrategia que tiene como objetivo final la culminación de ventas, un intercambio de bienes y servicios, pero que se desarrolla a través de compartir información relevante para los usuarios.
El marketing de contenidos ha tomado mucha fuerza los últimos años debido a la hiperconectividad de las personas con los medios digitales. Hoy en día, la gente posee un poderoso número de tecnología, literalmente, al alcance de la mano. Que solo con abrir una aplicación digital, están en contacto directo con otras personas, marcas, iniciativas y empresas.
No existe una serie de pasos a seguir para comenzar con la única y grandiosa estrategia de marketing de contenidos, pues todo depende del proyecto, producto o servicio al que quieras aplicarlo. Las características son personalizadas y las tácticas aún más.
Pero existen una serie de principios importantes que darán las directrices necesarias para comenzar con una estrategia de este tipo. Los principios del marketing de contenidos son los siguientes:
Al final, estos principios permiten entender para qué sirve el marketing de contenidos: solucionar los problemas de los futuros clientes con el producto o servicio que tenemos.